Nuestra Villa
Nuestra villa

El castillo de los Vivero está realizado en piedra. La torre del homenaje está adosada al muro norte. Es patrimonio de la Diputación. Tres grandes cuadros atribuidos a seguidores de Van Dyck adornaron el retablo del Monasterio de Las Trinitarias. En la iglesia de San Cipriano destaca un retablo rococó y las esculturas de Ntra. Señora del Rosario y San Isidro, de estilo Manierista. Destacar las bodegas de los vinos de la Denominación de Origen Cigales.

La Villa pertenecía en el siglo XIV a la merindad del Infantazgo de Valladolid. La familia de los Vivero reunió todos los lotes señoriales hasta conseguir la villa. Es un municipio de expansión que en los últimos 10 años ha duplicado el número de vecinos.Parque entre el convento y la iglesia

Su obra arquitectónica más importante es el castillo, construido en piedra con la torre del homenaje adosada al muro norte. Comenzó a levantarse a mediados del siglo XV por orden de Alfonso Pérez Vivero contador mayor de Juan II de Castilla como residencia señorial teniendo las características típicas de estos castillos. La torre del homenaje es rectangular y a ella se accedía por un puente levadizo. Tiene tres pisos y un sótano comunicados por una escalera caracol. En 1521 durante las Guerra de las Comunidades fue ocupado por las tropas comuneras. El castillo es propiedad de la Diputación Provincial de Valladolid.

De su conjunto arquitectónico, destaca la iglesia parroquial de San Cipriano, gótica del siglo XVI con antecedentes del siglo XIII. Construida en piedra y cuya cabecera fue construida en los años 70, con una nave y capillas hornacinas entre contrafuertes. Tiene coro alto a los pies y torre de cuatro cuerpos, de piedra y ladrillo. Portada de medio punto en el lado de la Epístola. Puede visitarse en período estival consultando con la Oficina de Turismo y el resto del año contactando con el Ayuntamiento.

También la Iglesia del Convento de NªSeñora del Remedio de las Monjas Trinitarias, cuyo convento, fue fundado por Alfonso Pérez Vivero. La iglesia del siglo XVII fue construida en piedra y tapial. Posee una nave entre contrafuertes con bóveda de cañón con lunetos, igual que la capilla mayor. El crucero con cúpula vaída y de cañón en sus brazos y el coro se sitúa los pies.

De su calendario festivo, el 16 de septiembre veneran a San Cipriano, con los típicos pasacalles de las peñas, sus hogueras y su famosa rosquillada. El 15 de mayo celebran San Isidro con las bendiciones del campo.

En esta localidad podemos probar su gastronomía en los diferentes restaurantes, muchos de ellos excavados bajo tierra en antiguas bodegas donde probaremos magníficos platos y degustaremos vino de la zona.